Generar una imagen corporativa positiva se halla entre una de las prioridades de la estrategia de comunicación de cualquier empresa. Se trata de un objetivo a lograr que supone batallas en muchos frentes (desde redes sociales, comunicación en prensa, acciones de responsabilidad social corporativa…).
En este escenario, es posible olvidar la importancia crucial de cumplir con el GDPR y, en consecuencia, cuidar de la privacidad de los datos de los clientes.
Una imagen corporativa positiva supone que los consumidores no solo compran tus productos o servicios, sino que confían en tu negocio en lo que respecta a su dinero y sus datos.
Por el contrario, una gestión deficiente de los datos, que conlleve incumplimientos respecto a la protección de datos supone un mazazo a esta confianza del que es difícil recuperarse.
La realidad demuestra que un error en este aspecto puede traer consecuencias extremadamente negativas para la reputación empresarial, pues el negocio puede quedar expuesto como negligente en sus procesos de protección de datos.
Por ello, desde icaria Technology hacemos un repaso a las obligaciones de las empresas respecto al cumplimiento del GDPR, los potenciales riesgos frente a su incumplimiento, y qué herramientas pueden ponerse en marcha para evitar cualquier amenaza a la imagen de la empresa en este sentido.
La entrada en vigor de la General Data Protection Regulation (o, en castellano, Reglamento General de Protección de Datos) puso en marcha una serie de obligaciones para las empresas en la gestión de datos.
De forma general, esta norma establece que las empresas están obligadas a aplicar las medidas técnicas y organizativas necesarias para garantizar la seguridad de los datos que recojan, incluyendo el uso de datos personales reales en entornos de preproducción y pruebas.
A medida que incrementa el valor y la cantidad de datos a los que acceden las empresas, ciudadanos e instituciones públicas requieren a todas las organizaciones que sean capaces de protegerlos frente a amenazas de hackers y brechas de seguridad.
Así, las empresas deben encontrar el equilibrio entre tener acceso a datos confiables, complejos y coherentes y garantizar la privacidad de los mismos, en línea con el GDPR.
Los riesgos vinculados a la privacidad de los datos incluyen accesos indebidos o ataques maliciosos de terceros a través de brechas de seguridad.
Cuando estos problemas aparecen debido a una gestión deficiente, la normativa establece también canales para demandar y sancionar a las empresas que incumplen la ley. Es más, cifras de PurpleSec estiman que el coste medio de una brecha en los datos para empresas de tamaño pequeño va desde los 120.000 a los 1.24 millones de dólares.
El golpe a la imagen corporativa implica ir un paso más allá de las multas y costes económicos relacionados con el ataque, pues supone perder la confianza de los clientes, uno de los valores intangibles claves para la prosperidad de una empresa.
Así, quizás el caso más famoso sea el de Yahoo. En 2016, el que entonces se perfilaba como uno de los proveedores de correo electrónico y motor de búsqueda más importante, sufrió una de las brechas de datos más importantes de la historia. La empresa admitió que 500 millones de cuentas de sus usuarios habían sido comprometidas. Las consecuencias no tardaron en llegar, teniendo impactos significativos a nivel económico y legal para la empresa: pérdidas millonarias en bolsa, la cancelación de contratos de fusión con Verizon… La conmoción para la imagen de la empresa no tardó en llegar, suponiendo una réplica más al terremoto.
Recuperarse de un ciberataque y volver a ganar la confianza de los clientes puede llevar años y suponer un coste extraordinario. No obstante, las empresas pueden poner de su parte para frenar o minimizar el riesgo de sufrir un ciberataque que ponga en jaque su imagen corporativa.
Es más, aplicar medidas de forma proactiva es una de las decisiones estratégicas vitales para una empresa a medio y largo plazo, teniendo en cuenta que el número de ciberataques se multiplica cada año.
Afortunadamente, existe toda una serie de herramientas pensadas para ayudar a las empresas a hacer una gestión de los datos privados segura y de acuerdo al GDPR. En este sentido, destacamos:
- icaria GDPR: herramienta orientada a ayudar a las empresas a cumplir con el conocido como derecho al olvido o, según su denominación técnica, derecho de supresión. Este derecho, recogido en el GDPR, exige a las empresas la gestión responsable de sus bases de datos para garantizar la privacidad de los ciudadanos. Para ello, restringe el acceso y elimina los datos personales al finalizar la relación contractual. También prescribe que los ciudadanos puedan hacer que desaparezcan sus datos personales de cualquier registro de datos o almacén de datos.
A través del software icaria GDPR, las empresas llevan a cabo una gestión responsable de los datos de forma automatizada. Además, frente a un posible ataque o brecha de datos, el software minimiza el impacto de tal manera que solo afecte a los datos de los clientes /personas físicas actuales o recientes.
- icaria TDM: software orientado a cumplir con la necesidad de disociación en entornos de prueba. La herramienta icaria TDM supone que los datos de personas reales no se trasladan de manera directa a las bases de datos de testing, POC, proyectos piloto, entrenamiento, etc. de las empresas. Sino que es capaz de llevar a cabo procesos de disociación de datos sensibles. Como resultado, las empresas pueden utilizar datos coherentes y de calidad en sus pruebas de software. Todo ello evitando que desarrolladores o probadores puedan hacer un uso indebido de los mismos, además de protegerlos frente a todo tipo de brechas de seguridad.
¿Quieres saber más sobre cómo proteger la imagen corporativa de tu empresa frente a brechas de datos? En icaria Technology podemos ayudarte. Echa un vistazo a nuestros recursos sobre GDPR o ponte en contacto con nuestro equipo para hablar sobre qué medidas tomar para salvaguardar la privacidad de los datos en tu negocio.