La llegada del No-Code ha supuesto una verdadera revolución para el desarrollo de software.
Introducida como una de las estrategias clave para la democratización del desarrollo de apps, su poder es tal que se le prevé un futuro más que brillante: un informe de la consultora Gartner predijo que para 2024 el 65% de los desarrollos de aplicaciones tendrá lugar siguiendo este enfoque. Además, otros análisis pronostican un crecimiento de entre el 20% y el 40% para los próximos años para las plataformas no-code.
Siguiendo este imparable crecimiento, en icaria Technology queremos hacer una introducción a la filosofía y modo de funcionar del No-Code, además de describir el funcionamiento y ventajas de nuestra plataforma Icaria Lean Factory. Te lo contamos.
El No-Code es un enfoque de desarrollo de software que se caracteriza por no requerir conocimientos de programación para crear o modificar una aplicación.
Para ello, se elimina el uso de lenguajes de programación y sintaxis, y se pone en marcha un sistema de desarrollo basado en lo visual que permite generar aplicaciones de forma rápida y sencilla. Así, una de las técnicas más comunes del desarrollo No-Code es la implementación de técnicas de arrastrar y soltar (drag & drop).
Una de las aplicaciones del no-code más potentes es el desarrollo de software personalizado. Al reducir las operaciones manuales para el desarrollo de una aplicación específica, el No-Code abre la puerta a generar soluciones ad hoc a la medida de un negocio en particular.
Se trata de dos nuevas filosofías que tienen como objetivo el desarrollo de software de forma más sencilla y democrática. No obstante, existen algunas diferencias entre ellas.
Quizás la discrepancia fundamental es que el enfoque low-code emplea niveles menores de abstracción, de modo que incorpora algo de código y requiere del uso de lenguajes de programación. Frente a esto, el No-Code más puro no requiere de ningún conocimiento de programación.
En cualquier caso, es importante comprender ambas filosofías no como categorías cerradas sino como definiciones dentro de un espectro fluido. Así, por ejemplo, algunas plataformas no-code fomentan el uso de código en algunas tareas, aunque a menudo lo presenten en un formato de “pack” predefinido.
Respecto a su aplicación, el no-code es válido para crear aplicaciones con un corto tiempo de vida o que no requieran de conexiones a sistemas externos, entre otros ejemplos. Frente a ello, el low-code puede aplicarse en software con una mayor expectativa de vida, que se vaya a incorporar a sistemas más complejos o que busque cumplir objetivos respecto a los Productos Mínimos Viables.
En su base, el No-Code sí que emplea código. No obstante, este queda en cierto modo “escondido” entre bambalinas. De este modo, los usuarios no tienen por qué acceder a él para crear sus aplicaciones.
Para ello, los proveedores de plataformas No-Code hacen uso de métodos de abstracción de datos y encapsulación, logrando que un sistema complejo de código pueda ser moldeado de forma sencilla por los usuarios.
Así, el No-Code en su enfoque MDA (Model-driven Architecture), es capaz de realizar abstracciones a todos los niveles para después producir código desde estos diagramas abstractos y generados por humanos.
El No-Code se ha convertido en un aliado indispensable en el conocido como el círculo virtuoso de la calidad.
Esto es así por una serie de motivos. En primer lugar, al eliminar la necesidad de escribir código manualmente, el No-Code reduce las posibilidades de cometer errores de sintaxis o lógica.
Además, facilita la realización de pruebas y validaciones tempranas durante el proceso de desarrollo. Todo ello ayuda a identificar y solucionar problemas antes de la implementación final del producto.
A su vez, se trata de un enfoque pensado para la puesta en marcha de iteraciones y metodologías ágiles. Gracias al No-Code, los desarrolladores pueden realizar cambios y ajustes en la aplicación de manera rápida. Esto resulta crucial en un mercado en constante transformación, pues permite responder rápidamente a los comentarios y necesidades, mejorando así la calidad del producto final.
La posibilidad de fomentar la colaboración y la transparencia en los procesos es otra de las claves del No-Code. Dado que estas herramientas son intuitivas y visuales, facilitan la comunicación y la comprensión del desarrollo de software incluso para las personas sin conocimientos en esta área. De este modo, todos los interesados comprenden y están alineados con los objetivos y requisitos del proyecto, lo que a su vez mejora la calidad del desarrollo de software.
Finalmente, aparece lo que quizás suponga la clave de la calidad en los procesos No-Code: el logro de la consistencia intrínseca del código.
Las aplicaciones desarrolladas de un modo convencional a menudo se enfrentan a un desarrollo generado por diferentes equipos y en un periodo amplio de tiempo. El resultado es, típicamente, un código heterogéneo con una elevada “deuda técnica” que puede complicar el mantenimiento o las actualizaciones en el software.
Por el contrario, las plataformas No-Code facilitan mantener la homogeneidad del código y garantizar su calidad. Para ello, implementan las normas de escritura del código y las soluciones en el cartucho de generación, de forma que el configurador no puede saltarse las reglas impuestas. El resultado es un código homogéneo en el fondo y en la forma y consistente a lo largo del tiempo. El producto final se sobrepone a los problemas de obsolescencia.
Lean factory es la plataforma de icaria para desarrollos de software sencillos orientados a grandes sistemas de información.
Empleando el MDA como paradigma y orientado a generar la máxima usabilidad y calidad, la plataforma busca ayudar a las empresas a generar aplicaciones de forma sencilla y rápida.
Entre sus características, destacan:
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